Tiempo Argentino
25 de marzo de 2011
Por Roberto Caballero Director.
Cuando ayer veía a Estela de Carlotto y a las Abuelas con Tiempo Argentino bajo el brazo me emocioné. Tuve la sensación, y me viene pasando seguido, de que el diario ya no es obra de un grupo de periodistas-trabajadores de prensa más o menos locos que un día decidieron construir un Arca de Noé contra el discurso conservador de los medios hegemónicos, sino que hoy vive en el deseo de multitudes que no quieren regresar al pasado.
Mientras estaba en la Plaza de Mayo, desde la redacción me avisaban que habíamos agotado la edición, una vez más, y podía comprobarlo en tiempo real: la gente llevaba el diario como pancarta, me lo mostraba con complicidad, se querían sacar fotos con él. Este Tiempo Argentino, tan chiquito como indomable, compartía escena con las imágenes de miles de desaparecidos, con las columnas multitudinarias (más de 100 mil personas, casi la misma cantidad que participó de la ya mítica Marcha contra el Indulto) que avanzaban por Avenida de Mayo con las banderas de La Cámpora, la Juventud Sindical Peronista, la JP Evita, el Socialismo de Jorge Rivas, el Nuevo Encuentro de Martín Sabattella y la izquierda en todas sus variantes, por citar algunas de las más numerosas, y los redoblantes y bombos de una Argentina que está más viva que nunca. Esa Argentina alegre y rebelde que ayer se manifestó contra los responsables cívico-militares del mayor genocidio que padeció nuestro país en el siglo XX. Un lector, llamado Ernesto Daniel Rodríguez, hizo un brillante resumen para las nuevas generaciones de lo que significó la dictadura, de la que Clarín y La Nación fueron oficialistas. Transcribo, textual, lo que publicó en Facebook del diario, que guarda un lejano eco de la Carta Abierta a la Junta Militar de Rodolfo Walsh: “2818 días duró. 20.000 fábricas se cerraron. 340 centros clandestinos de detención se abrieron. 6 veces se multiplicó la deuda externa. 517 mil % fue la inflación acumulada. 1.500.000 de libros se quemaron. 14 mil hombres se enviaron a la guerra de Malvinas. 649 soldados murieron. 350 ex combatientes se suicidaron. 30.000 personas fueron torturadas, secuestradas y desaparecidas.”
Una síntesis perfecta. En apenas nueve meses, construimos un vínculo insobornable con nuestros lectores. Nosotros hacemos el diario y ustedes nos hacen a nosotros mejores periodistas. La gratitud que les debemos es infinita.
Tiempo late a la par del corazón de todos ustedes, los verdaderos dueños de este sueño que se vende en los kioscos como diario.
Vamos por más.
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