domingo, 26 de diciembre de 2010

El gobierno volvió a denunciar un intento de desestabilizar a Cristina

Por Viviana Mariño
Para Tiempo Argentino
26 de diciembre de 2010

Apuntó especialmente al ex presidente interino Eduardo Duhalde. También criticó al macrismo y al Partido Obrero. Tres ministros vincularon los violentos episodios del jueves con la toma del Indoamericano y la ocupación del Albariño.


Los violentos incidentes del jueves frente a la Estación Constitución afianzaron el argumento. En vísperas de la Nochebuena, el gobierno expuso al debate público la lectura oficial sobre esos episodios: la hipótesis de una “provocación” de sectores políticos con el objetivo de desestabilizar a la administración de Cristina Fernández. En verdad, la evaluación comenzó a tomar cuerpo en la Casa Rosada a partir de la toma del Parque Indoamericano, en el barrio de Villa Soldati, se afianzó con la todavía irresuelta ocupación del Club Albariño de Villa Lugano, y terminó de configurarse en las últimas horas del jueves cuando un conflicto con trabajadores tercerizados del ex Ferrocarril Roca derivó en la interrupción por más de siete horas del servicio y los posteriores choques en la estación terminal. En su análisis, el gobierno volvió a apuntar al macrismo, al sector del peronismo disidente que responde al ex presidente interino Eduardo Duhalde y, por último, al Partido Obrero. El PO rechazó las acusaciones y acusó al gobierno de no cumplir con los acuerdos con los tercerizados y de encubrir a los “verdaderos responsables” del conflicto que, a mediados de octubre tuvo un hito trágico con el asesinato del joven Mariano Ferreyra: los líderes de la Unión Ferroviaria, José Pedraza; de La Fraternidad, Omar Maturana; y el subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna.
Los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y de Justicia, Julio Alak, fueron los primeros en aportar al razonamiento. Poco antes del brindis navideño, y mediante un mensaje grabado, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández completó la secuencia. “Este fin de año no termina convulsionado, lo convulsionaron, lo provocaron. Hay un dirigente que dijo: ‘esto se desmadró’. No, ‘desmadrar’ es salir de madre y acá lo que hicieron es que se apadrinó, como dijo la presidenta”, evaluó Fernández. Horas antes, Randazzo había dado crédito a la idea de un proceso para “generar inestabilidad y zozobra por sectores que quieren imponer el discurso de que el orden se impone por la violencia”. “Hemos escuchado a Duhalde hablando de un estado preanárquico, que no hay que tener miedo de reprimir y, oh casualidad, se da un corte en la línea Roca donde murieron (Maximiliano) Kosteki y (Darío) Santillán”, sintetizó.
Aunque era una lectura afianzada en la Rosada, Cristina había sido la primera en advertir públicamente sobre la supuesta vinculación de Duhalde con un intento de desestabilización. Fue casi en simultáneo al lanzamiento electoral del ex senador con un discurso reivindicatorio de la política de mano dura. “Esto no se desmadró, esto se apadrinó”, había advertido la presidenta, a mediados de diciembre, a raíz del conflicto del Indoamericano.
La presidenta tiene patente registrada de la comparación con la figura del capo mafia que inmortalizó la trilogía El Padrino, de Francis Ford Coppola. La había utilizado a mediados de 2005 cuando lanzó su candidatura a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, durante un acto en el Teatro Argentino de La Plata que marcó el divorcio de Néstor Kirchner con el duhaldismo. En su mensaje, el jefe de Gabinete insistió en la noche del viernes con la misma idea. Las críticas alcanzaron también a los “partidos trotskistas” y a los medios de comunicación por haber “incentivado” los incidentes. “Existen personajes que asumiendo roles de padrino y mafiosos han buscado motivar determinadas acciones que significaron dolores de cabeza para todos. Hay canales de TV que muestran imágenes como si fuera la Segunda Guerra Mundial, destilan veneno”, subrayó. El jueves por la tarde, la presidenta decidió postergar su partida a Río Gallegos por los incidentes en Constitución. Ayer, fuentes oficiales consultadas por Tiempo Argentino admitieron el profundo malestar de Cristina por la dilatada medida de fuerza en las vías del Roca, liderada por un grupo de tercerizados y militantes del PO que, al mismo tiempo, negociaban en Trabajo con el jefe de la cartera laboral, Carlos Tomada. Por eso, una de las primeras instrucciones de la mandataria fue presentar una denuncia penal contra ese grupo de manifestantes.

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