miércoles, 22 de diciembre de 2010

Operación de pinzas

Por Demetrio Iramain
Periodista
Para Tiempo Argentino
22 de diciembre de 2010


A Videla sólo le faltó el micrófono inalámbrico que usó Duhalde en su acto de lanzamiento. Ambos decían exactamente lo mismo. La derecha funciona en tándem. Operación de pinzas, que se dice. Lo que Magnetto, Macri y Carrió aún no se animan a decir, lo corporiza en palabras el genocida.
La dictadura cívico-militar también se justificó en las “funciones indelegables del Estado” para cometer su cacería, como dijo el bonaerense para pedir represión. La excusa de Duhalde: los últimos desbordes callejeros que son, en algunos casos, expresión de conflictos sociales sobreactuados, y sobre los que hay severas sospechas que tienen su larga mano detrás.
Al amparo de “pacificar el país”, como pidió el de Lomas de Zamora, la dictadura que Videla comandó, y de la que –muerto Massera– él es su máximo exponente vivo, el generalato militar de entonces violentó la sociedad argentina tanto como el vil crimen de Kosteki y Santillán, que las fuerzas de seguridad de Duhalde cometieron all inclusive, con filmaciones televisivas y todo.
La situación “preanárquica” que Duhalde halló en el escenario argentino de hoy son las mismas que, según declaró Videla, habrían motivado a políticos como Balbín pedirle al ex general, para siempre genocida, “evítele al país una larga agonía”.
“Son tiempos de reflexión para todos los argentinos, no quiero hablar del pasado”, dijo Duhalde. No hacía falta. A sus silencios los nombró, uno por uno, Videla al día siguiente.

*Director de la revista Sueños Compartidos, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario