lunes, 20 de diciembre de 2010

Juicio ético y político a curas cómplices

Tiempo Argentino
20 de diciembre de 2010

Los acusan de colaborar con la dictadura militar. Christian Von Wernich, el caso paradigmático.


La Asociación Madres de Plaza de Mayo convocó ayer al denominado “juicio ético y político a los violadores de la palabra de Jesús”, contra distintas autoridades de la Iglesia católica, que se realizará el próximo jueves en la Plaza de Mayo, a partir de las 17 horas, luego de la tradicional ronda en torno a la pirámide que realizan desde hace 33 años.

En un comunicado difundido ayer, la agrupación que encabeza Hebe de Bonafini indicó que “durante la dictadura militar algunos curas y obispos avalaron y legitimaron el genocidio, bendiciendo a los torturadores, presenciando sesiones de torturas y brindando cobertura espiritual para que el terrorismo de Estado pudiera aniquilar a miles de personas”.

Madres denunció y remarcó que muchas autoridades eclesiásticas “siguen siendo parte de la Iglesia en la actualidad, cometiendo abusos contra menores”. Finalmente señalaron que por estos motivos, “34 años después es necesario que todas y todos, junto a las Madres, los juzguemos”.

Uno de los casos más paradigmáticos lo constituye el del ex capellán y confesor de altos mandos de la Policía de Buenos Aires, comandada entonces por el general Ramón Camps, Christian Von Wernich, condenado en 2007 a cadena perpetua, pena que cumple en la actualidad en el Penal de Marcos Paz.

Von Wernich recorría los centros de torturas y, bajo la apariencia de prestar consuelo espiritual a los detenidos, les arrancaba delaciones.

El de Von Wernich fue el primer caso de un juicio oral y público contra un religioso acusado de graves violaciones a los Derechos Humanos que se realizó en toda América Latina . Varios sobrevivientes de los campos de concentración Arana, Puesto Vasco, Pozo de Quilmes, Coti Martínez, Comisaría 5ª, que aseguraron haber sufrido allí sus interrogatorios, recordaron en las audiencias ante el tribunal que Von Wernich los interrogaba al igual que los militares y policías. La Iglesia, que mantuvo el silencio hasta la sentencia, simplemente señaló luego en un comunicado de la Conferencia Episcopal que “si algún miembro de la Iglesia hubiera avalado con su recomendación o complicidad algunos de estos hechos de represión, habría actuado bajo su responsabilidad personal”

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