Tiempo Argentino
13 de diciembre de 2010
El sábado, luego de la reunión en la Casa Rosada, Mauricio Macri se rodeó de un dirigente boliviano y otro paraguayo en un intento por revertir sus dichos sobre la “inmigración descontrolada”. De camisa colorada, a su derecha se ubicó Isidro Méndez Chávez, titular de la Casa Paraguaya de Buenos Aires, una asociación civil que representa a 5000 de los más de 1 millón y medio de paraguayos residentes en al país. El dirigente, un reconocido empresario constructor, no hizo referencia a los dichos del jefe de PRO, mientras otras organizaciones de residentes paraguayos salían a cuestionarlos. Después del acto, en las redes sociales comenzaron a circular fotos de Méndez Chávez junto al vicepresidente Julio Cobos, al ex presidente Carlos Menem y a los dirigentes del PJ Federal Osvaldo Mercuri y Francisco de Narváez, a quienes, en declaraciones públicas, dijo apoyar para las elecciones de 2011. El dirigente paraguayo es cuestionado dentro de la comunidad por supuestos vínculos con la dictadura de Alfredo Stroessner. También se reivindicó en público partidario de Lino Oviedo, un ex militar que intentó varios golpes de Estado en Paraguay y luego se recicló como dirigente político.
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