sábado, 25 de junio de 2011

Marcela y Felipe entregaron las muestras para realizar el ADN

Tiempo Argentino
25 de junio de 2011

Por Gerardo Aranguren

Los herederos de la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, también aceptaron que el material genético quede en el Banco del Hospital Durand. “Por la lucha de las Abuelas, es un día histórico”, dijeron los abogados querellantes.


Finalmente, luego de más de diez años de demora en la causa, Felipe y Marcela Noble Herrera entregaron muestras de sangre y saliva al Banco Nacional de Datos Genéticos que funciona en el Hospital Durand para conocer si son hijos de desaparecidos. A pesar de la oposición de los abogados de los jóvenes, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, determinó que las muestras quedarán dentro del archivo genético para futuras comparaciones.
Pasaron más de nueve años desde la primera orden para realizar el análisis de ADN, en abril de 2002 por el ex juez Roberto Marquevich, y nueve fueron también las horas que demoraron Marcela y Felipe dentro del laboratorio para entregar voluntariamente pequeñas muestras de su sangre y saliva. Al finalizar la jornada, Arroyo Salgado ordenó que el lunes comience a trazarse el mapa genético de los jóvenes, que estará listo para el fin de la semana que viene en el mejor de los casos. Sin embargo, luego de que la Cámara de Casación le devolviera el expediente, todavía no ordenó que esos perfiles genéticos se entrecrucen con los resguardados en el Banco.
“Para nosotros es un día histórico”, manifestó a la salida el abogado querellante Pablo Llonto, y remarcó que ayer se lograron superar las tres condiciones que los abogados de los Noble Herrera habían impuesto desde el comienzo: no realizar la extracción en el BNDG, que sólo se compararan con dos familias y que se destruyeran las muestras después de la comparación. “La lucha de más de una década de las Abuelas hace que sea un día histórico”, agregó.
El abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, Alan Iud, manifestó que en la organización se mantiene la cautela sobre las “chicanas” y “planteos dilatorios”, pero aseguró que desde Abuelas sienten “que es un día muy importante para la justicia, porque se consiguió que se aplique la ley igual para todos después de diez años”.
Los jóvenes ingresaron al Hospital Durand en una flamante camioneta Land Rover gris unos minutos pasadas las 9:30. De los tres autos que integraban la comitiva de los Noble Herrera dos de ellos eran utilizados por su custodia personal, cuyo objetivo principal fue evitar que los fotógrafos y camarógrafos obtuvieran una imagen de los jóvenes. Además de los custodios contratados por el Grupo Clarín, el hospital amaneció con un gran operativo de seguridad montado por la Policía Federal y Gendarmería.
En el interior del Durand, los esperaban sus abogados Jorge Anzorreguy y Roxana Piña y el de la imputada Ernestina Herrera de Noble, Eduardo Padilla Fox. Poco antes de las 9 también habían ingresado los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo, Iud y Mariano Gaitán, y Llonto. Debido a la importancia de la pericia, la jueza Arroyo Salgado supervisó personalmente la obtención de las medidas de prueba junto a secretarios de su juzgado y la fiscal federal de San Isidro, Rita Molina.
Las nueve horas en el Banco Nacional de Datos Genéticos quedaron marcadas por la tensión que provocaron las idas y vueltas sobre la extracción, lo que convirtió el laboratorio en una extensión del juzgado de Arroyo Salgado para lo que finalmente fue una extensa audiencia judicial en el Hospital Durand.
Los primeros inconvenientes se generaron incluso antes de comenzar la toma de muestras genéticas, cuando Padilla Fox, letrado de la dueña de Clarín, se opuso a la designación de la perito de parte que había nombrado la familia Lanouscou, una de las querellantes. Ese pedido fue rechazado por la jueza.
Inmediatamente después, los jóvenes debían firmar un acta de rutina en la que se explicaba la finalidad y el alcance de la toma de muestras de sangre, saliva y huellas dactilares. “En ese momento una de las abogadas, Roxana Piña, dijo que suscribir a ese acta no implicaba conformidad con que las muestras quedaran reservadas en el Banco en el caso de una exclusión del vínculo biológico y rechazaron que se obtuvieran huellas de sus dedos, sólo aceptaban dar sangre y saliva”, contó Iud.
Concretamente, los abogados de los jóvenes se oponían a que las muestras quedaran almacenadas en el archivo genético como lo establece el artículo sexto de la Ley 26548: “La información genética ingresada quedará registrada en el Archivo Nacional de Datos Genéticos con el único objeto de asegurar su comparación con los datos que se incorporen en el futuro.”
Las objeciones de los abogados de los Noble generaron varias horas de demoras, y recién pasado el mediodía se pudo proceder a la toma de muestras de sangre y saliva de cada uno que quedaron guardados en cuatro juegos de sobres lacrados: dos quedaron en el BNDG, uno se lo llevó la jueza y el otro la fiscal Molina.
Como continuaba la negativa para que el ADN de los hermanos Noble Herrera quedara en el archivo genético para futuras comparaciones, Arroyo Salgado indicó que había una orden judicial firme que debía cumplirse.” Se les permitió a Marcela y Felipe pasar a una sala privada para que dialogaran con sus abogados, eso llevó una hora más, y cuando volvieron a la sala manifestaron que renunciaban a su planteo anterior y consentían que quedaran sus muestras de sangre y saliva en el BNDG”, indicó Iud. El letrado destacó la actitud de la jueza quien “frente a los planteos de nuevas excepciones de lo que manda la ley, actuó siguiendo al pie de la letra lo que dice la ley y los fallos anteriores que están firmes.” Escoltados por los dos autos de su custodia, la Land Rover con Marcela y Felipe pasó por el portón que da a la calle Ambrosetti pasadas las 18:30 golpeando a su paso una de las escaleras utilizadas por uno de los camarógrafos.

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