viernes, 3 de junio de 2011

Ni siquiera un paso

Tiempo Argentino
3 de junio de 2011

Por Roberto Caballero Director.

La de ayer fue una cita de honor con los pañuelos. Miles de personas, de todas las edades y extracciones sociales, marchamos junto a las Madres de Plaza de Mayo, respaldándolas en una hora difícil. Seguramente, no la más difícil que les tocó enfrentar en todos estos años. Pero era importante, diría indispensable, ante la ofensiva mediática que busca desacreditarlas, que una multitud las rodeara de afecto, reconocimiento y gratitud, como ayer lo hizo. Había personas encuadradas (se podían ver banderas de La Cámpora, Nuevo Encuentro, Corriente Nacional Peronista, Universidad de Las Madres, Juventud Sindical Peronista (CGT), entre otras) y otra que andaba suelta. Todos queríamos escuchar, ver cómo estaba Hebe. Y no nos decepcionó: la vimos firme, brava como siempre, contenta con la convocatoria, un éxito del boca a boca. No queríamos escuchar nada distinto a lo que dijo. Queríamos verla y que ella nos viera; y supiera, por sobre todas las cosas, que estábamos junto a ella, abrazándolas.
Que Hebe y las Madres registraran que nuestro apoyo es incondicional e insobornable. Que nuestra admiración por la gesta cotidiana de dignidad y coraje que representan no tiene fisura, ni grieta.
Que tenemos muy claro que los que ayer silenciaron un genocidio y aún deben dar respuesta judicial por los ADN de Felipe y Marcela y por el despojo accionario de Papel Prensa, no tienen estatura para sentarlas en el banquillo de la sospecha.
Madres, no hay monopolio que pueda romper este amor.
O que nos haga retroceder.
Ni siquiera un paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario