jueves, 21 de abril de 2011

Cristina recibió el apoyo de miles de ruralistas en un acto soñado por Kirchner

Tiempo Argentino
21 de abril de 2011

Por Rodolfo González Arzac

En el lanzamiento de la Corriente Agropecuaria Nacional y Popular (CANPO), la mandataria recordó el conflicto con la Mesa de Enlace. Impulsó una ley contra la extranjerización de tierras y la nueva reglamentación del trabajo rural.


Este CANPO fue pensado por él”, dijo ayer la presidenta, conmovida, frente a un Luna Park repleto. “Él tenía que presentarlo. Pero la vida quiso que fuera yo. Él soñaba con este momento. Siempre me decía, aún en los peores momentos: vas a ver que el peso de la realidad va a ser imposible de ocultar; te pueden hacer 800 tapas de diarios o noticieros, pero la realidad va a caer por su propio peso”, siguió Cristina. “Él lo sabía. Estoy segura que está en algún lugar, diciéndome: fuerza, adelante, vale la pena querer una patria mejor”, gritó, al fin, y cerró el acto que, tres años después del conflicto por las retenciones móviles, sirvió para presentar a una corriente agraria afín al gobierno nacional.
Fue una revancha. Con todo el gabinete presente, con buena parte de los gobernadores peronistas, con el estadio lleno, con otras 1000 personas afuera, en la calle, siguiendo las alternativas desde una pantalla gigante. Y, sobre todo, con la famosa Mesa de Enlace bien dividida, desfigurada, sin peso; con la pampa húmeda tranquila y facturando; y con las encuestas, por primera vez, advirtiendo que la jefa de Estado podría conseguir su reelección en primera vuelta.
“Fueron las ideas las que le permitieron a esta presidenta y a su compañero atravesar uno de los momentos más difíciles de los que se tenga memoria en un país”, recordó Cristina, e hizo mención a “los poderosos intereses concentrados que tuvimos que enfrentar”. “Jamás se había vivido algo así en cuanto a su permanencia en el tiempo y a su nivel de agresividad”, insistió, en referencia al conflicto agropecuario. Y, finalmente, se burló de uno de los latiguillos de los ruralistas: “Por suerte para todos los argentinos, no tuvimos que importar carne, no tuvimos que importar leche, no tuvimos que importar trigo ni maíz; al contrario, vamos a tener este año la cosecha más importante, que supera los 100 millones de toneladas de granos.”
Fue un acto, además, originalmente programado por Néstor Kirchner para el 28 de octubre, que ayer sirvió también para darle impulso a la figura del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, el funcionario que puede jactarse de haber conseguido enfrentar a los presidentes de las entidades agropecuarias, cuyo nombre suena cada vez más fuerte como acompañante de fórmula de Daniel Scioli.
Domínguez también dijo lo suyo sobre 2008: “Unos pocos le habían hecho creer a muchos que su interés era el de todos.” Y, segundos después, al paso, le hizo un guiño a la Federación Agraria y a Coninagro. “Somos socialmente federados y filosóficamente cooperativistas”, aseguró.
El ministro le hizo entrega a la presidenta de once documentos que, durante seis meses, discutieron unos 900 técnicos, estudiantes, profesionales, empleados y militantes de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO). Un trabajo liderado por el subsecretario de Desarrollo Rural, Guillermo Martini, que estuvo sentado junto a Cristina. Entre los aportes se destacan un impulso al cooperativismo, la defensa del trabajador agrario, la lucha contra el desarraigo rural y otras tantas medidas para fortalecer la política estatal, entre ellas una agencia de comercialización de granos (que según fuentes oficiales no será abordada de inmediato).
En su discurso, Cristina mencionó algunos de los puntos del documento. Cuestiones sobre las que ya había avanzado: la ley contra la extranjerización de tierras y una nueva ley que reglamente el trabajo rural (ver aparte). “Queremos un campo para todos”, señaló. “Nunca le fue al sector agrícolo ganadero como le está yendo ahora. Pero queremos ir por más; queremos que además inviertan en valor agregado, queremos asociarlos para no ser solamente el granero del mundo, sino un país con industria”, apuntó.
Hubo banderas de unas 20 provincias. Un himno cantado por la hija del ministro de Agricultura, Florencia Domínguez, y un minirecital de Oscar Esperanza Palavecino que, atrevido, le dedicó luego una canción a Cristina. “Se parece a todas pero es tan distinta”, entonó el chaqueño, con sombrero, chaquetilla y pañuelo. Y se llevó de regreso un abrazo de Estado.

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