Ojalá

Tiempo Argentino
20 de abril de 2011

Por Hernán Brienza Periodista y escritor y politólogo.

Ojalá todo siga como hasta ahora. Ojalá Mario Vargas Llosa, uno de los mejores escritores del llamado “boom latinoamericano” de los años sesenta, continúe con sus actividades político-culturales con absoluta libertad, como lo hizo: el domingo se mostró con el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, en el espacio de la Fundación Proa, que pertenece al grupo Techint, enfrentado al gobierno nacional porque no quiere cumplir con las leyes. Se reunió también con los principales referentes de la oposición y, disertó sobre “El desafío del populismo a la libertad en América Latina”, un tema que, más allá de que responda a un paradigma remanido y elaborado por la intelectualidad europea que no conoce la realidad de nuestro continente, obsesiona al autor de esa maravilla arquitectónica titulada Conversación en la catedral.
Ojalá Vargas Llosa, un lobbista de las ideas neoliberales que sumieron al continente en la pobreza y la miseria, pueda desplegar sus ideas en cada uno de los foros y entrevistas a los que sea invitado.
A mí, particularmente, me aburre el tema Vargas Llosa. Creo que es uno de esos procesos de “fetichización” de un intelectual que hacen izquierdas y derechas y que sólo le conviene al autor de La tía Julia y el escribidor para promocionar su propia figura.
Que un premio Nobel de literatura, que un gran escritor, que un gran crítico literario sostenga ideas perimidas, reaccionarias, perjudiciales para las grandes mayorías no me produce el más mínimo escándalo intelectual.
No creo en los títulos de nobleza –herencia de cierto republicanismo feroz– ni tampoco en las falacias de autoridad: Vargas Llosa no tiene razón en sus argumentos sólo porque una academia sueca le otorgó un premio millonario por lo que mejor sabe hacer, que es escribir literatura.
Ojalá mañana en la inauguración de la Feria del Libro Vargas Llosa no hable de política, no aproveche la tribuna para hacer demagogia intelectual con sus seguidores de derechas. Ojalá, hable de literatura, que es el juego que mejor juega y que más nos gusta.