martes, 26 de abril de 2011

Una nieta recuperada reveló los vínculos de un fiscal con la represión

Tiempo Argentino
26 de abril de 2011

Por Gerardo Aranguren

Dijo que el funcionario, quien actúa en la Cámara de Casación, le pasaba información a su apropiador sobre el estado de la causa. También develó un complot para destituir a Marquevich por la detención de Herrera de Noble.


Una contundente declaración de la nieta recuperada Victoria Montenegro expuso ayer los vínculos que el actual fiscal de la Cámara de Casación Penal, Juan Martín Romero Victorica, mantuvo con su apropiador, el fallecido ex coronel Hernán Tetzlaff.
Luego del testimonio de Montenegro, en el marco de la causa Plan Sistemático de robo de bebés, que se sigue contra Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, la fiscalía y las querellas pidieron al Tribunal Oral Federal Nº 6 que inicie una denuncia penal y otra en la Procuración General de la Nación para que se analice la actuación del fiscal, quien entre otras causas tiene a su cargo la investigación de la identidad de Marcela y Felipe Noble Herrera.
Victoria Montenegro se sentó ayer en la Sala AMIA de Comodoro Py con su historia a cuestas, algo que su apropiador le había quitado cuando el 13 de febrero de 1976 comandó un operativo en el que asesinó a sus padres, Hilda Torres y Roque Montenegro, y la secuestró con sólo 13 días.
“Es movilizante estar acá porque durante años utilicé la justicia para beneficiar a mi apropiador. El hecho de estar acá con mi nombre y con mi historia es muy importante y siento que estoy reivindicando a mis padres”, dijo la joven al finalizar su relato.
Desde que tiene memoria, Victoria vio a su apropiador como un héroe en una guerra contra la subversión. Escuchó, atenta, cómo reivindicaba a la Patria mientras relataba los operativos que había encabezado como jefe de inteligencia del Grupo de Tareas del Vesubio.
Cuando tenía nueve años y todavía se llamaba María Sol Tetzlaff fue junto a su apropiador a un juzgado de Morón. El juez, a quien conocía, sacó una causa y le dijo: “Las viejas –por las Abuelas de Plaza de Mayo– están molestando, pero me voy a encargar de guardarla.” La causa quedó “guardada” hasta que en 1992 recayó en el juzgado de Roberto Marquevich. “En ese momento yo creía que en la Argentina había una guerra y que las Abuelas se estaban vengando”, relató. Los vínculos con la justicia eran amplios, agrega Victoria, “tenía varios amigos”.
Uno de sus contactos en Comodoro Py era justamente el fiscal Juan Martín Romero Victorica, quien “le contaba en qué estaba la causa y le pasaba información”, y a quien Tetzlaff consideraba “un amigo de la causa”.
“Hablé con él cuando lo detuvieron, me tranquilizó y me dijo que unos amigos lo iban a sacar. Romero Victorica le puso tres abogados que lo sacaron en poco más de tres meses”, agregó. Los letrados eran Federico Casal, Manuel Romero Victorica, sobrino del fiscal, y el ex juez de la dictadura Martín Anzoátegui, abogados que la familia jamás hubiera podido pagar. Pero ni los mejores abogados, ni los esfuerzos de Victoria para frenar la extracción de sangre, ni los vínculos con la justicia lograron mantener a Tetzlaff impune.
Luego de la extracción de sangre, Marquevich le informó a Victoria que era hija de Hilda Torres y Roque Montenegro, y al año siguiente condenó a su apropiador, ahora fallecido. “Yo tenía miedo que Germán –como todavía llama al ex coronel– no me quisiera porque era hija de subversivos. Cuando le conté el resultado del examen, él ya sabía quién era yo. Me contó sobre el operativo, que él había sido el jefe del grupo, que había entrado y matado a mis padres”, recordó sollozando Victoria. Su apropiadora, luego, le contó que Tetzlaff la había sacado de abajo de una mesada, que estaba con los oídos sangrando y que la entregó. “Cinco meses después volvió a buscarme a la Comisaría Femenina de San Martín, donde estaba en una oficina con varios bebés de otros operativos, y unas monjas nos cuidaban.”
Si bien la causa ya había terminado, la relación con los abogados no. Una noche la llamaron a su despacho y le propusieron que los ayudara a destituir a Marquevich, quien tenía en sus manos la causa Noble y había detenido a la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble. “La idea era que lo denunciara por abuso de autoridad. La atención mediática ya estaba asegurada. Ellos se encargaban de todo. Sólo tenía que decir que me había tirado el expediente y me había gritado. No se hizo porque me vieron muy nerviosa para interpretar el papel. Yo no sabía en ese momento que la señora de Noble tenía dos chicos que podían ser apropiados”, sostuvo. El juez fue finalmente destituido en 2004.
Durante las dos horas de declaración, Victoria hizo un resumen de sus vicisitudes, de los golpes que sufría de sus apropiadores, del odio que sentía hacia Abuelas y de su reencuentro con sus familiares biológicos. Victoria lo sintetizó de esta manera: “Trato de recuperar mi historia todos los días. Me llenaron de anticuerpos para que no entrara la verdad. Hace poco más de dos años que me hago llamar Victoria. Tengo contradicciones importantes, no es que recuperé la identidad con mi DNI. Me llevó tiempo apartar a Germán y reconocer que él no era mi papá, que mi papá está desaparecido.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario