Tiempo Argentino
3 de abril de 2011
Por Franco Mizrahi
Cristina pidió que de ahora en adelante los “veteranos” sean llamados “héroes” y que las escuelas tengan un aula con el nombre de alguno de los caídos en combate. Denunció el avance militarista británico y se manifestó a favor de la paz.
A 29 años del comienzo de la Guerra de Malvinas, la presidenta Cristina Fernández encabezó ayer el acto central por el “Día del Veterano de guerra y los Caídos” en Río Gallegos, Santa Cruz, donde volvió a pedir por la soberanía de las islas, denunció el avance militarista de los británicos a nivel global, y anunció una serie de medidas para reivindicar a los ex combatientes de aquel conflicto bélico que sacudió a la sociedad argentina entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982. “Siempre, las Malvinas son argentinas”, destacó la mandataria durante el homenaje.
Frente al Monumento a los Caídos, ubicado en la Avenida San Martín y la Ruta Nacional 3, la presidenta aseguró que seguirá “batallando incansablemente por lograr el reconocimiento de lo que ya es nuestra soberanía sobre esas islas”, a la vez que reiteró la “vigencia del mandato de Naciones Unidas para que Gran Bretaña cumpla lo que se le ha ordenado en votación y se siente a negociar con la República Argentina en los términos establecidos.”
En el discurso que se transmitió por cadena nacional, Cristina Fernández cuestionó las “manifestaciones de autoridades del Reino Unido” que dejaron trascender la idea de un posible ataque argentino a las islas: algo que “parece una broma –dijo la jefa de Estado- cuando uno los ve ante cada conflicto emprenderla a bombazos. Nosotros participamos de misiones de paz y somos abanderados y ejemplo del mundo en materia de no proliferación nuclear”, sostuvo.
Además de los posicionamientos políticos sobre la soberanía de las islas, la presidenta anunció una serie de medidas de gran trascendencia simbólica para los ex combatientes. El primer momento emotivo de la tarde se vivió cuando se leyó la carta que un docente les escribió a sus alumnos desde el frente de batalla, adonde fue como soldado voluntario (ver aparte). Esta misiva llegó a manos de Cristina el viernes pasado, cuando el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, se la acercó con la idea de que leyera algún párrafo durante el acto. Movilizada por las palabras del maestro, la jefa de Estado no sólo leyó la carta completa sino que pidió que se difunda cada 2 de abril en todas las escuelas del país porque, “los ejemplos enseñan más que mil discursos o mil historias”.
En segundo lugar, pidió que los colegios de todas las provincias lleven un aula con el nombre de alguno de los caídos en Malvinas, acompañada por una biografía del combatiente.
En el área diplomática también hubo anuncios reivindicativos: de ahora en más cada vez que los jefes de Estado extranjeros y sus comitivas arriben al país, además de homenajear al libertador José de San Martín deberán depositar flores y rendir tributo en el cenotafio de honor a los caídos. Una forma de recordarles a los visitantes que aun en el siglo XXI, el colonialismo sigue vigente.
Acompañada por gran parte del Gabinete nacional, gobernadores, ex combatientes y sus familiares, la primera mandataria dijo: “Esto no nos convierte en una Nación beligerante ni guerrera, al contrario, nos convierte en una Nación con memoria y con honor.” Y opinó que “el siglo XXI no va a ser el siglo de los que tengan las armas más poderosas”, sino que será el “de los países que logren mantenerse unidos y desarrollar ciencia e inteligencia”.
En sintonía con los reconocimientos, la primera mandataria pidió la modificación del término “veterano” por el de “héroe” de Malvinas para referirse a los 649 compatriotas muertos que dejó esta guerra.
Una vez concluido el acto, envueltos en el clima emotivo que se vivió durante la jornada, el Gabinete y los invitados especiales concurrieron al cementerio donde descansan los restos del ex presidente Kirchner, ubicado a escasas cuadras del sitio donde se realizó la ceremonia.
Justamente, entre las apelaciones al pasado que había realizado Cristina durante su oratoria, recordó que Kirchner en 1991, entonces intendente de Río Gallegos, inauguró el monumento a los caídos de esa capital santacruceña. “Creo que fue el tercer monumento en todo el país, porque eran tiempos en los que se quería ocultar y olvidar, un proceso de desmalvinización que comenzó el mismo día que trajeron prácticamente escondidos a los combatientes”, mencionó para luego rememorar los apagones nocturnos que Río Gallegos sufría durante la guerra, en medio de la dictadura.
En referencia al momento histórico en que se dio la guerra, Cristina llamó a “diferenciar las cosas que ocurrieron y separar quiénes gobernaban bajo formas no democráticas del hecho en sí, que fue el ejercicio de la soberanía nacional y el rechazo al colonialismo que aún avergüenza a la humanidad. Es imprescindible que todos los argentinos hagamos el duro aprendizaje de poder diferenciar las cosas y saber comprender que la patria y sus derechos están por sobre otra cualquier circunstancia”, enfatizó.
A casi tres décadas de esa guerra infame, y en sintonía con el proceso que se viene desarrollando desde 2003, la soberanía de Malvinas ya es una política de Estado.
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