Diario Registrado
13 de abril de 2011
Por Carlos Barragán
La opinión de Mario Pergolini sobre PAKA PAKA nos permite replantearnos con qué anteojos ciertas figuras mediáticas emiten opiniones. La cultura de los ´90 y la visión antipolítica del ex conductor de CQC.
INTRODUCCIÓN A LA CAUSA
Habrán visto ya el caso “Pergolini vs Barragán”. Sintéticamente es así: dos domingos atrás, conduciendo 678, aparece en un informe la voz de Pergolini en su programa de radio diciendo algo así como que no entendía el sentido de pedir que Paka-Paka estuviera dentro de la grilla de Cablevisión, porque finalmente “eso es como pedirle a alguien: mi programación es mucho mejor que la tuya, sacá uno de tus canales y poné uno de los míos” (sic). Lo que Pergolini decía era más o menos que la exigencia de que Paka-Paka esté disponible para que cualquiera pueda verlo era una pavada incomprensible porque cada uno tiene derecho a poner en su grilla lo que quiera.
Volvemos al piso y Presman elige hablar de Pergolini, diciendo que lo suyo era el caso típico de un discurso adolescente, sin más objetivo ni criterio que la diatriba y el gesto rebelde. Alguien más agregó que el caso de Pergolini era el clásico problema de quienes no pudieron superar la lógica de los 90, la de la antipolítica.
Conjetura positiva: supongamos que Pergolini haya querido hacer una humorada con Paka-Paka, porque la cosa podría tener sus aristas graciosas. Bueno, se equivocó, lo siento, hay que abrir la ventana y darse cuenta de que mucha gente hace años que está peleando para democratizar los medios. Si Pergolini estuviera sintonizado con el clima social, hubiera sabido que hacer un chiste sobre eso iba a ser leído -aunque él no lo haya querido así- como una declaración política.
LA NO DEFENSA
No emití opinión durante el piso, un poco porque cuando uno está en el lugar del conductor trata de que sean los demás los que hablen, y otro poco porque no podía decir nada para ayudar a Pergolini, con quien –como él dice- nos llevamos bien. No decir nada fue ayudarlo. Finalmente cerré la ronda diciendo más o menos “no podemos decir -como Pinedo- que hoy te dejan sin Paka-Paka y mañana te matan un hijo, pero es importante que Clarín cumpla con la ley”. Como para desdramatizar la cosa y como un gesto para evitar ubicar a Pergolini junto con Bullrich, Duhalde, Magnetto y tipos que sí saben lo que dicen y para qué lo dicen. Lo hice, no sé si alguien se dio cuenta, porque me llevo bien con Pergolini.
LA COSA PÚBLICA
Es cierto que Pergolini habló conmigo en privado, pero como fue en privado no voy a hablar de eso porque no es un código que me guste romper. Me gustó romper el viejo código de “no hacer periodismo de periodistas”, que me parece provechoso para la higiene social. Pero él sí habló en público de lo privado, por lo tanto, y para no ser desleal conmigo, voy a hablar sólo de lo que él hizo público. Lamentablemente lo hizo de manera poco seria, en el programa del periodista menos serio de este país.
LA ALEGRIA DE MAJUL
Luis Majul abre su gracioso programa preguntándole si se había agarrado a trompadas conmigo. Impresionante. Por eso Jorge Rial se vuelve cada día más profesional. Quizá está dejando que Majul tome la posta de los chimentos banales. Sospecho que Rial descubrió que hoy hay cosas mucho más ricas, serias y a la vez entretenidas de qué hablar. Entonces Pergolini le dice que no hubo piñas, pero que “estoy haciendo zapping y veo que vuelve de un informe y dice: –digo yo- bueno, qué se puede esperar de gente así” (sic). (Si alguien más escuchó eso, que me avise)
Y entonces narra con un impreciso “me dicen” lo que “le decimos” en privado: “que yo no hago las notas, que yo no las edito, que es la opinión de otro, que yo cobro un sueldo” (sic). Es cierto que yo no elegí poner a Pergolini haciendo el comentario sobre Paka-Paka, y seguramente no lo hubiese hecho porque me parece un hecho menor, un dicho menor de alguien que no sabe bien de qué habla. Alguien con quien me llevo bien.
OFICIALISTA A SUELDO
La citada excusa “…que yo cobro un sueldo” es la mentira más interesante de todas. Pergolini, molesto porque un informe deja en evidencia su manera de ver las cosas, quizá como un adolescente, quizá como un tipo falto de criterio político, como un tipo que ignora la importancia de una ley que surgió del Congreso para democratizar la comunicación, reduce su molestia a unos tipos que “cobran un sueldo”. Sin poder comprender la tremenda discusión política que vive el país desde hace años. Y prefiere quedarse en la comodidad de que todo es por la guita. Pero como en 678 no somos políticos importantes -¡que se afanan todo!- en este caso somos miserables empleados que dicen lo que dicen porque “cobran un sueldo… tendrán que mantener a sus familias” (sic).
FLOJA LA DEFENSA
No pude “defender” a Pergolini aquel domingo. Sencillamente porque no se lo estaba ofendiendo, ni insultando, ni menoscabando. Se dijeron cosas con las cuales yo estaba y estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo en que Pergolini se quedó viendo el mundo con anteojos viejos, no asume que los pendejos rebeldes de hoy quieren a la Presidenta, no entiende que la política no es una mierda, y que la ley de medios no es lo mismo que la ley de flexibilización laboral, o que el contrabando de armas a Ecuador. Su pensamiento holgazán lo ha dejado cristalizado ahí, creyendo que todo lo que hace el gobierno es una cagada.
Y vuelvo a Majul. El simpático periodista insiste en ver si le puede sacar algo más y Pergolini dice -y creo que la frase resume su análisis sobre todo el hecho- “por no lamer el culo salís del otro lado” (sic). Majul le pide que la repita, habrá pensando que si los culos levantan el rating, la palabra culo también. Pergolini se niega a repetir lo que él cree: que por no lamer el culo salís del otro lado. Pero igual no puede creer que haya tipos con muchas ganas de defender ideas, para él todo se reduce a lamer un culo. Lamer un culo y estar de un lado. De todas maneras la palabra clave no es culo, sino “lado”. El Lado es la pesadilla de ya no poder estar en su lado propio y particular. Es el fastidio por los verbos que hoy se conjugan en plural.
SOY PREJUICIOSO
¿Por qué me llevo bien con Pergolini? Porque tengo un prejuicio. Mi prejuicio es que a la gente que sabe de radio, que hace buena radio, que es de radio y que quiere a la radio, yo la admiro y la banco. Y Pergolini cumple con todos esos requisitos de mi subjetividad. Pero cuesta bancar la pereza de Pergolini y otros que parecen no tener ganas de ponerse a pensar y que por eso reducen todo a “lamer el culo” o “ganar un sueldo”. Rebajando y banalizando el mejor momento cultural y político del país en décadas. Si quieren entrar en esta discusión, que hablen de política. Esta es una discusión política, por lo tanto si quieren ubicarse bien lejos de la política –porque “es sucia”- que no se metan. Los que sí estamos interesados en aportar a este momento, no los vamos a molestar. No iremos a confrontarlos porque decidieron estar vacíos, se dicen “apolíticos”, se dicen “ni con uno ni con otro”, y hasta se dicen “anarquistas” –cuando en realidad quieren decir que están en contra de todos, de tan rebeldes que son.
LA MISERIA
“Cobran un sueldo para mantener a sus familias” en boca de Pergolini suena feo. Suena más feo que cuando alguien en 678 propone ese análisis, que ya tendríamos que ir superando. Pero si yo, que efectivamente vivo de un sueldo, hablo del sueldo de otro, no es lo mismo que si lo dice Pergolini quien hace años no necesita de un sueldo para mantener a su familia. Por eso cuando lo dice suena tan despectivo “gente que necesita un sueldo”, no como él que vive de su dinero, que no necesita lamer un culo. Como si “su” dinero lo generara él mismo de manera prístina, él que no lame nada y no se arrastra por un sueldo como todos los demás que sí lo necesitamos. Esta supuesta ventaja moral en la que se regodea se la permitió su exitosa empresa. Pergolini podría recordar que fue exitosa no sólo por su indiscutible talento, sino también porque fue una excelente manera de contar la destrucción y la decadencia de un país. Y entre todos le pagamos con gusto a Pergolini porque fue el que mejor nos contó lo horrible que nos iba. Una interesante paradoja para desarrollar otro día.
Hoy ya no nos va horrible, Pergolini vendió oportunamente su empresa, y parece no saber bien qué contarnos sobre la realidad. Pero eso no es bueno ni malo, lo malo es que se enoje y diga mentiras en lo de Majul, que lo usa porque él sí está de un lado.
Y es verdad, no hubo piñas, pero tampoco intercambiamos ideas. A veces las palabras son tan insensatas como un golpe. Por eso sería bueno escuchar los argumentos de Pergolini. Porque nos llevamos bien, porque necesitamos llevarnos bien si queremos compartir un mismo país aunque pensemos diferente.
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