Por Julia Izumi
Para Tiempo Argentino
7 de enero de 2011
Graciela Ocaña, ex titular de la obra social, asegura que “tendría que estar preso por todas las irregularidades que cometió”.
Juliá tendría que estar preso por todas las irregularidades que cometió en el PAMI. Es un tipo que siempre estuvo vinculado a Barrionuevo y sus representantes en la obra social”. La que habla es la ex ministra de Salud y ex titular de la entidad prestadora de servicios de salud a los jubilados, Graciela Ocaña. De su paso por la gestión en el Instituto, recuerda con claridad que el hijo del ex brigadier José Antonio Juliá estuvo vinculado a más de un hecho irregular antes y durante su paso por la obra social como gerente económico financiero.
También, que siempre se lo mencionó como un hombre de Eduardo Duhalde y Luis Barrionuevo, y que era conocido en la obra social que el gastronómico solía usar las aeronaves de los Juliá para trasladarse durante su campaña para gobernador de Catamarca. “Él siempre decía que usaba los aviones porque sólo pagaba el combustible”, recordó la ex funcionaria.
Juliá llegó al PAMI en la corta gestión de Horacio David Pacheco, el primer normalizador del organismo hombre de máxima confianza de Eduardo Duhalde, de cuyos hijos fue el pediatra.
Pacheco asumió el 12 de febrero de 2003 y fue desplazado el 21 de junio del mismo año por Juan González Gaviola, el interventor nombrado por Néstor Kirchner en la primera ofensiva del santacruceño contra la hegemonía de Barrionuevo en el PAMI. Antes, Pacheco fue director de minoridad y familia y subsecretario de Salud Pública y de Acción Social en la gestión de Duhalde como intendente de Lomas de Zamora, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires entre noviembre de 1992 y abril de 1994, cuando el lomense ya era gobernador de la provincia, e interventor del IOMA.
La vinculación de los Juliá con la obra social de los jubilados comenzó en la época en que el PAMI era regenteado por Víctor Alderete. La contratación de un avión de Medical Jet para el traslado de pacientes en exclusividad para el PAMI que obligaba a millonarias erogaciones por un servicio que se prestaba muy rara vez, fue una de las irregularidades por las que se denunció en su momento al interventor menemista.
Luego, cuando Gustavo Juliá ya oficiaba de gerente económico financiero de la institución y tenía el manejo de la caja, fue denunciado por haber mantenido el contrato con la firma, a pesar de que pertenecía a su familia. Juliá recibió una falta de mérito porque pudo probar que se había apartado de la empresa antes de asumir sus funciones.
El tercer hecho que derivó en una causa judicial no tuvo que ver con los aviones, sino con un presunto caso de coimas en el que quedó involucrado junto al ex director del organismo en representación de la CGT, Reinaldo Hermoso, un barrionuevista histórico. Junto con otros cinco funcionarios, Juliá fue imputado por la autorización del pago de una supuesta deuda a un proveedor de audífonos por casi 4 millones de pesos, cuando la obra social recibió apenas 20 unidades. “Nunca logré que procesaran a Hermoso y Juliá”, se lamentó Ocaña, quien batalló durante su gestión en el PAMI contra la hegemonía del gastronómico y sus hombres en la obra social.
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