Tiempo Argentino
11 de enero de 2011
La justicia española dictó ayer la prisión preventiva sin fianza para los argentinos Gustavo y Eduardo Juliá y Matías Miret, detenidos por transportar 944 kilos de cocaína en un avión de su compañía aérea Medical Jet. La orden provino del Juzgado 2 de Instrucción de El Prat de Llobregat de Barcelona e inmediatamente fueron trasladados desde la Jefatura Provincial de la Policía de Barcelona a la cárcel Modelo, donde son enviados los presos preventivos.
Los hermanos Juliá, hijos del fallecido brigadier José Juliá, y Matías Miret, hijo del ex secretario de Planeamiento durante la dictadura, brigadier José Miret, fueron detenidos el pasado 2 de enero en el aeropuerto de El Prat, de Barcelona.
El juez de la causa, que mantiene el secreto de sumario, los investiga por un delito contra la salud pública por tráfico de estupefacientes. Según el abogado defensor, Santiago Giménez Olavarriaga, los detenidos sostienen que no tienen relación con el hecho, a pesar de haber sido arrestados in fraganti en posesión del cargamento. “Nosotros hemos solicitado que no los ingresen en prisión, los defensores estamos en pro de la presunción de inocencia y ellos defienden su inocencia, ellos sostienen que no tienen absolutamente nada que ver con este asunto”, señaló el abogado.
En diálogo con Radio 10, Giménez Olavarriaga explicó que, debido al secreto de sumario, no puede aportar información sobre el contenido del caso para no violar lo dispuesto por la justicia. Por ese mismo motivo y por la falta de información sobre los futuros pasos de la justicia española, el abogado relativizó la información sobre la cantidad de droga que habrían llevado sus defendidos y pidió “esperar a conocer todos los extremos de la investigación para poder hacer alguna afirmación”.
El avión, un Callenger 604 de la compañía argentina Medical Jet, que fundó Juliá padre en 1994, llegó a España procedente de la isla africana de Cabo Verde, donde los investigadores de la Guardia Civil española e Interpol suponen que habrían cargado los 944,5 kilos de panes de cocaína.
Al momento del aterrizaje, a las 15 del domingo (hora local), agentes de la Guardia Civil española estaban esperando la aeronave. Por orden del juez de instrucción, allanaron el avión con perros adiestrados para detectar drogas e inmediatamente realizaron las detenciones. Además de los hermanos Juliá y de Miret, viajaba una cuarta persona que luego fue liberada tras determinarse que no tenía relación con el hecho.
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