domingo, 22 de mayo de 2011

Una primaria con efectos secundarios

Página 12
22 de mayo de 2011

El resultado de la votación definiría el futuro de la alianza nacional entre el socialismo y el radicalismo. Para el peronismo, implicaría el declive de la estrella del ex gobernador Carlos Reutemann en la provincia.

Por Sebastian Abrevaya

A cinco meses de octubre, el escenario político nacional comenzará a definirse hoy, con el resultado de la elección primaria en Santa Fe. La atención central estará depositada en la interna del Frente Progresista, en la que compiten con final abierto los socialistas Antonio Bonfatti y Rubén Giustiniani y el radical Mario Barletta. Si gana su delfín, Bonfatti, el gobernador Hermes Binner pegaría el salto como candidato nacional, ya sea como vice del radical Ricardo Alfonsín o como líder de un espacio de centroizquierda, sin la UCR. Por otro lado, el peronista Frente Santa Fe para Todos, tiene al diputado kirchnerista Agustín Rossi como favorito, seguido por el ex canciller Rafael Bielsa y más abajo el reutemista Omar Perotti. El capocómico Miguel Del Sel será el candidato único del PRO y se estima que pasará sin sobresaltos a competir en las generales del 24 de julio.

Con casi el 9 por ciento del padrón nacional, Santa Fe es la cuarta provincia del país, después de Buenos Aires, Capital Federal y Córdoba. Sin embargo, el resultado de esta votación impactará sobremanera en el espacio opositor a nivel nacional. El candidato a presidente de la UCR viene esperando pacientemente a Binner, que le prometió una respuesta cuando tenga este resultado. Si el gobernador acepta acompañarlo, podría desencadenar un conflicto para los radicales que negocian con el peronista disidente, Francisco de Narváez, un acuerdo en la provincia de Buenos Aires.

Por primera vez en la historia argentina se utilizará hoy el sistema de boleta única, criticado en la provincia por las eventuales demoras que generará a la hora del escrutinio, pero reivindicado porque impide el robo de boletas y las denominadas “listas sábana”. Cada una de las cinco categorías que se elegirán –gobernador y vice, diputado, senador, intendente y concejal– tendrá una planilla separada que se le entregará al votante, quien deberá completar con una cruz el casillero correspondiente a su candidato y luego colocarla en una gran urna con cinco bocas.

Cerca del gobernador Binner señalaron ayer que, si bien es un sistema más complejo para realizar el conteo de votos, habrá una tendencia firme alrededor de las 10 de la noche. En la práctica se realizarán cinco escrutinios, uno por cada categoría. Del lado del kirchnerista Agustín Rossi, en cambio, consideraban que recién habrá resultados pasada la medianoche y manifestaron cierta preocupación por la demora.

Lo cierto es que los fiscales deben cargar todos los resultados juntos y así enviarlos al centro de cómputos. Si como indican las encuestas, la diferencia a favor de uno u otro candidato no es contundente, la definición podría postergarse. En paralelo, fuentes del Frente Progresista adelantan que habrá datos “extraoficiales” con bastante anticipación ya que los fiscales revelarían cifras a gobernador a medida que vayan escrutando.

A diferencia de las elecciones anteriores, la alianza integrada por el socialismo, el radicalismo, la Coalición Cívica y la Democracia Progresista no logró acordar una lista de unidad. Terminaron compitiendo el presidente del PS, el senador Rubén Giustiniani, y el ministro de Gobierno provincial, Antonio Bonfatti, sacando a la luz las diferencias subterráneas dentro del socialismo. La pelea llegó a tonos sin precedentes. Binner acusó a Giustiniani de haber sido “candidato testimonial” en 2009, porque debería renunciar a su banca de senador si resulta electo. El tercero en discordia es el intendente de Santa Fe, Mario Barletta, un radical que terminó sumando al diputado de la Coalición Cívica, Carlos Comi. Alfonsín le dio su apoyo en los últimos días, pero mantuvo el equilibrio para no perjudicar a quien se perfila como su socio político en las presidenciales.

Después de muchas tensiones, el PJ finalmente fue unificado a la elección. Tanto Rossi como Bielsa contaron con el respaldo de sectores de la Casa Rosada, que se cristalizó con la visita de distintos funcionarios y dirigentes del kirchnerismo. Los ex gobernadores Jorge Obeid y Carlos Reutemann se mantuvieron al margen de la contienda. En ese contexto, el ex piloto de Fórmula Uno, que comanda los hilos del PJ local, vería hoy consagrarse a su enemigo interno. Según los últimos sondeos, su candidato, Omar Perotti, está lejos de ganar y hasta ya se tejen especulaciones de un eventual apoyo de ese espacio al dirigente del PRO, Miguel del Sel, para la elección de junio.

Impulsado por Mauricio Macri, el integrante del trío Midachi fue la sorpresa de la elección. El líder del PRO lo abandonó a mitad de camino al bajar su candidatura presidencial, pero Del Sel siguió adelante y cerró su campaña esta semana con un espectáculo humorístico.

Al iniciarse la campaña, Giustiniani se colocaba como amplio favorito por el FPCyS pero la brecha se fue acortando con el paso de los meses. El perseverante apoyo de Binner a su delfín rindió sus frutos, a punto tal que desde la gobernación aseguran que pasó al frente. En el peronismo, en cambio, Rossi parece consolidarse como favorito, acompañado por Bielsa por un margen moderado. A diferencia del 2009, el kirchnerismo parece recuperar terreno en un distrito que le fue adverso. El resultado podría cambiar la relación de fuerzas dentro del PJ, hasta ahora dominado por el ex piloto. El futuro del socialismo en la única provincia que gobierna también dependerá de lo que pase hoy.

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