domingo, 20 de febrero de 2011

Declaraciones del ministro Amado Boudou tras el cierre de la Cumbre del G-20

Tiempo Argentino
20 de febrero de 2011

Por María Laura Carpineta
Desde París.

El titular de economía destacó que, tras el acuerdo para la no regulación de los commodities, surgió un nuevo escenario económico mundial. “No hay una solución única para los problemas, como nos hicieron creer en los ’90”, señaló.


Argentina quedó muy conforme con el acuerdo del G-20”, destacó ayer el ministro de Economía, Amado Boudou, tras la cumbre del Grupo de los 20 en París. Finalizado el encuentro, el funcionario resumió el debate de los últimos dos días con dos conclusiones: la salida de la crisis está cerca y hay un consenso internacional sobre el fracaso del orden económico y político que dominó en los ’90 y sobrevivió hasta la crisis de 2008. “Los países emergentes habíamos tenido una agenda nueva antes de la crisis, que incluía la acumulación de reservas y los controles a los flujos de capitales especulativos. En ese momento parecían medidas demasiado heterodoxas, pero ahora han quedado establecidas como parámetros de un nuevo orden internacional”, manifestó Boudou.
Por otra parte, el ministro fue duro con las empresas calificadoras de riesgos. “Estamos convencidos de que no sólo no han servido en la asignación de capitales, sino que estuvieron en el centro de la crisis financiera. Asignaron irresponsablemente, interesadamente y mal los flujos de capitales a inversiones que no tenían las características adecuadas”, dijo y agregó que “esto pasó con instituciones privadas pero también con países. Cuando uno ve la calificación de las deudas de Brasil y la Argentina, con indicadores macroeconómicos de solvencia y un rating de calificación más bajo que países europeos que lamentablemente tuvieron problemas, queda claro que hay un juego que no está funcionando.”
Ante el consenso logrado en la cumbre, Boudou no dudó en anunciar el nacimiento de una “nueva relación entre los países industrializados y los países emergentes”. Prueba de ello fue la decisión final del G-20 de no impulsar la regulación de los precios de las commodities, como habían reclamado los desarrollados.
“La verdadera solución para los problemas de la seguridad alimentaria tienen que ver con el aumento de la oferta. Y este aumento debe venir, por un lado, por el aumento del área sembrada, y por otro lado, por mejoras tecnológicas que permitan una mayor productividad de los recursos y sistemas de producción que sean mejores para el cuidado del medio ambiente.” En este sentido, Boudou señaló que la Argentina es la prueba, ya que “en los últimos seis años ha más que duplicado la exportación de granos”.
Según Boudou, otra prueba de los cambios que se vienen es el reconocimiento en el documento final de las condiciones y capacidades de cada nación. “Distintos países necesitan distintas soluciones. No hay una solución única como se creía en los ’90. La visión que tiene hoy el G-20 es mucho más constructiva: convertir al FMI en un organismo que contemple al conjunto de las visiones y no sea sólo el brazo ejecutor del Consenso de Washington”, concluyó.

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