sábado, 26 de febrero de 2011

Revista Noticias cuenta la estrategia de la derecha

Diario Registrado
26 de febrero de 2011

Una redacción está compuesta por muchas personas, que no necesariamente comulgan, ya no ideológicamente, sino apenas en la mirada de las cosas. Sucede en cualquier trabajo.

Por Lucas Carrasco

Pero en una redacción, hay mecanismos sutiles, jamás explicitados pero por todos comprendidos, sobre los lineamientos a seguir y, esencialmente, sobre los lineamientos a no seguir.

En la Villa 31, al final del pasillo que oficia de peatonal semi informal, la boliviana Evangelina, madre de dos adolescentes, tiene un saloncito sobre su techo donde se organizan reuniones sociales para tratar temas urgentes del barrio. En ese corazón profundo de la superposición edilicia y de historias personales, Macri no pintó de vivos colores la fachada de las casas. En ese saloncito improvisado bajo el puente, que tiene solamente tres paredes, hay sobre un cartel de chapa con una marca comercial borrada, dibujado un Nestornauta.

El prestigioso suplemento Enfoques del diario La Nación, escribiendo de manera más sofisticada que otros jugadores del "oligopolio diferenciado" edita una nota sobre la dirigencia de La Cámpora y los cargos menores que ocupan sus principales dirigentes en la esfera estatal del poder ejecutivo. Es un refrito de una sarta de bolazos que fabula desde el diario Clarín Juan Cruz Sanz, que a su vez se exageran en periódicos marginales al estilo Seprin como Urgente 24 o La Política Online (que es un apéndice de La Nación, escrito por chicos de Franja Morada con problemas penales) Entonces, la revista Noticias junta todo eso, le agrega insólitos reportajes -donde, por caso, a una psicóloga social se le pregunta sobre un tema que nada tiene que ver con el tema sobre el cual será utilizada su respuesta- y de manera articulada se ataca a una agrupación política, cercana a Cristina Kirchner por las implicaciones de su hijo, Máximo.

El Oligopolio Diferenciado funciona superestructuralmente en torno al papel, con la empresa manchada en sangre Papel Prensa como principal jugador de mercado. Pero se extiende, materialmente, al mercado de distribuión de la gráfica, los convenios salariales, la formación académica -cada una de estas empresas forma a sus luego periodistas- y se extiende en acuerdos extra mercado como en el reparto televisivo de audiencias y lectores, consorcios de impresión, ferias de rubros cuyos sumplementos específicos operan teledirigidos (Expoagro, por caso, pero no solamente). Se comportan como una oligarquía cultural en el sentido académico del término y en sintonía con la diversificación empresarial de las empresas concentradas que son el poder permanente en esta teoría de las dos espadas en visión neoliberal.

La palabra, el sentido, la configuración y el orden de la agenda la manejan de modo aceitado, como réplica de sus conductas en el plano empresarial. Se bajan a las redacciones de manera sutil.

¿O acaso, esta serie de plagios que haría sonrojar hasta a Úrsula Varguez frente a Carolina Aguirre no recibe más que réplicas de fuentes que funcionan de manera circular como un chisme de barrio, del tipo, me contaron pero no digas nada....?

Una ex novia, editora, amante de la poesía, me cuenta que se peleó con una amiga en común, allá en Paraná. Está, la amiga en común, "insoportablemente kirchnerista, como vos" y mi ex novia, apenas, simpatiza. Mucho más que antes de la asonada rural.

Hoy lo único que los tres tenemos en común es el aprecio por tres tipos de poesía, ni siquiera en ese género nos podemos poner de acuerdo.

Un fenómeno disperso genera un esfuerzo de complejidad para su abordaje por encima de la media del pastiche. La síntesis, es un proceso de enormes dificultades y es necesaria mucha capacidad, mucha, para lograr el podio de la síntesis.

En las técnicas de la guerra, que son las que aportaron el primer arsenal teórico a las reflexiones sobre la comunicación, hasta el punto que se convierte, la comunicación, en una disciplina a partir de su funcionalidad urgente en la colaboración con la guerra; el adversario disperso y convencido -al modo de la guerra de guerrillas que pregonaba, en inferioridad de condiciones, Ernesto Che Guevara- es un adversario de temer. Las fases de guerra de guerrilla, persuación, dispersión, avances y retroceso, implican etapas que en la teoría clásica de la guerra se denominan de "defensa estratégica".

La defensa estratégica es conveniente cuando el ataque es sincronizado y el adversario pone toda su fuerza en disposición de ataque y desde diversos frentes. En este caso,el oligopolio diferenciado que se reparte el mercado de lectores y segmentos para repetir el mismo concepto. Para atentar, simbólica y estratégicamente, contra la realidad de la guerra de guerrillas, de lo incapturable, de los que los filósofos Deleuze y Guattari llamaban rizomático.

Hay que -razonan en las redacciones de la derecha- apresar este fenómeno, darle forma de serpiente y cortarle la cabeza.

En Tucumán un cajero del supermercado me pidió sacarse una foto conmigo (me habrá confundido con alguien importante). Me dijo que nunca se rió tanto como cuando me escuchó decirle a un cronista radial que su pregunta no me parecía estúpida por una sola razón: no creía que tenga capacidad de formular una pregunta, siquiera estúpida. Tuve un mal día, una pésima mañana, durante esa entrevista. El cajero se divirtió. El jefe le pidió que vuelva al trabajo. El cajero me sonrió, levantó el pulgar y me dijo: "Cristina 2011". Recién corría el año 2009.

Los pasantes de las redacciones de los diarios de derecha se juntan con compañeros de la facultad, que están haciendo en distintos lugares los mismos pasos, en un oficio que exige quizás más que en el mercado inmobiliario de alquiler, el derecho de piso. Debaten sobre la ética, las trampas, las desilusiones, los conflictos, las tercerizaciones, el negreo,las posibilidades, el mundo que se abre.Y discuten el kirchnerismo. Frecuentemente se crispan. Entienden, de pronto, que el mundillo del periodismo es un lugar de crispados. Se equivocan. No siempre fue así. Hoy, saludablemente, sí.

Los ataques de la derecha son al hilo más delgado si uno razona en los términos clásicos argentinos del poder: dirigentes de juventud, en cargos que no firman expedientes de las cajas que coimeaban a los periodistas en los tiempos de la cadena de la felicidad, no deciden grandes licitaciones, no están en los litigios grosos que mantiene el estado contra corporaciones fuertes. Pero ese hilo más delgado es el más perdurable, porque incluye una potencia cultural que excede a cada individuo en particular.

Hay un clima de época. Las anteojeras ideológicas y las urgencias corporativas reducen el fenómeno de manera burda, alcahuete, vulgar. Pero con un sentido certero, un balazo inteligente. Lo que ellos se convencen de ver como un rayo en un cielo sereno es una turbulencia que cambia todos los pronósticos.

En San Vicente una militante de La Cámpora dio ayer un exámen final, porque la profesora no alcanzó a darlo durante el período de clases en la secundaria. No le pregunté, pero descuento que aprobó. Es la pendeja más culta e inteligente que conozco, con 18 años. Su amiga, también de La Cámpora, con 20 años, trabaja en un negocio de chocolates. Comentan sobre el viaje de estudios a Bariloche, las notas de Ricardo Foster, los boliches de moda en San Isidro, las canciones de Barragán, los noviecitos, la pintada en no sé qué escuela, la promoción de una marca de celular, Micky Vainilla.

Cristina nombra funcionarios acordes a la línea política desplegada, propuesta en la campaña electoral, renueva generacionalmente el staff de colaboradores, forma en el fango cuadros políticos. Eso, que es lo natural del desenvolvimiento de la república y las instituciones, puede ser contado en la vulgata de la sospecha. Es contado en la vulgata de la sospecha. Los que se resisten a la recomposición de las capacidades estatales y la ampliación de ciudadanía y la expansión de derechos sociales, invierten la carga de la prueba y en la práctica de facto de la nostalgia neocoservadora sienten un abrumador avance del estado que les coarta privilegios. Un avance de la política, del conflicto. Añoran, quizás inconscientemente, el estado de bienestar de los ricos: que la política no sea la herramienta de transformación de la realidad, que la palabra sea neutra, que los conflictos inherentes a lo social se escondan bajo la alfombra de la represión. El sustrato del discurso que se viste de gala para asistir a la reinauguración del Colón no huele su propia naftalina, el sustrato es más de lo conocido: es la receta pesada de menos estado para agrandar la nación, o menos estado para más libertad (de mercado) o menos política (negación del conflicto) para más libertad de expresión (para dirigir el conflicto a los fines corporativos).

En un bar de Palermo, con un amigo (uno que una vez zafó de la guardia periodística de la Revista Noticias, con una peluca) escuchamos una conversación a los gritos, de una mesa de al lado, de unos chicos estéticamente punk. Defienden a Néstor Kirchner. Discuten el punto de inflexión. Si el cuadro de Videla, si el conflicto con "el campo", si la ley de medios.

Dentro de un rato me voy a Parque Patricios, a la milonga que fundó Elvio Vitali. Hay un homenaje a él. Oficia de maestro de ceremonias mi amigo Jorge Dorio. Cómo me divertía cuando estaba con Badía en los debates de Gran Hermano.

Una vez salí de esa milonga -El Gardel de Medellín- a las 6 de la mañana, de ahí directo a Retiro y hasta la ciudad de Santa Fe, parando en San nIcolás y Rosario. Cuando llegué me encontré con un pibe, que alguna vez conocí en Corrientes, durmiendo en la terminal de Rosario. Se había quedado sin plata, aunque nunca tuvo un mango. Le presté para que pueda volver. Tenía un encuentro de alfabetizadores como él en el interior profundo de Corrientes. Detestaba todas las agrupaciones kirchneristas. Y bancaba, a fondo, a la entonces flamante presidenta Cristina.

Que Clarín, La Nación, Noticias, Perfil, no nos relaten, que no nos apresen, que no nos categoricen, que no nos organicen, que no nos reduzcan. La táctica es ser creativos, soñar, andar un poco alocado, correr los límites, sortearse comisarios y chupamedias, profundizar la sensibilidad, aprendrer, mirar con desconfianza, enamorarse, buscar y buscar, preguntar, cuestionarse, criticar, apoyar, entusiasmarse, ganarse la autoestima, abrirse, ser generosos, saber sonreír.

La defensiva estratégica ante tan desigual reparto de los prestigios, los pergaminos, la noción de autor y de verdad, los puntajes de lo permitido, la defensiva estratégica es el momento en que el adversario busca capturarnos en un esquema simplista donde nos transformen en serpiente para cortarnos la cabeza, como a Goliat. Pero no somos Goliat, somos David. Todos juntos cuando nos ataquen, luego, dispersarse.

No van por mí, no van por vos, no contra eventuales dirigentes de La Cámpora, sino contra la cabeza de esta esfervecencia cultural, de este quilombo que se armó en cada oficina, en cada grupo de amigos, en cada club, en cada fiesta, en cada ámbito, en el arte, en el deporte, en la cultura, en el trabajo, en el sindicato, en el barrio.

En esta murga donde vamos todos sincronizados bailando cada uno como quiera. En esta murga que ellos entienden como turba.

Llevamos 50 años soportando que ellos crean que nosotros metemos las patas en la fuente mientras ellos van al podólogo.

Que nos crean turba a esta murga, que total, seguimos avanzando, todos juntos al toque de tambores, cada cual bailando como quiera.

Cada uno de nosotros, lo hicimos.

Horizontales somos invencibles, unidos en una defensa estratégica, ya pasaremos a la ofensiva.
Mucho de lo que falta -y sí, sinceramente, es mucho lo que falta- requiere de la consolidación de este cambio de mirada, de mentalidad, de horizonte en las mayorías populares que un día que no terminó empezó en nosotros mismos, ese cambio, quizás sin darnos cuenta. Sucedió. Hay que mirar para atrás, ahí están las razones y las ganas de mirar con más audacia hacia horizontes más lejanos.

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