martes, 22 de febrero de 2011

Investigan si la gestión privada de Austral compró aviones de descarte

Tiempo Argentino
22 de febrero de 2011

Por Néstor Espósito

En el siniestro murieron 74 personas. Se trataría de una adquisicón fraudulenta, una “autoventa”. Mata y Fargosi, en la mira.


El avión de Austral que cayó en la localidad uruguaya de Fray Bentos el 10 de octubre de 1997, causando la muerte de 74 personas, había sido comprado tres años antes a la española Iberia cuando, en realidad, se trataba de una nave de “descarte”. Capitales españoles controlaban por entonces Aerolíneas Argentinas y Austral, de tal suerte que la operación pudo haber sido la “autoventa” de un avión que tenía destino de desguace, pero siguió operando en vuelos locales y terminó estrellado en un descampado cuando regresaba a Buenos Aires desde la Mesopotamia, en medio de una tormenta.
La hipótesis, introducida en la añeja causa judicial por la tragedia por María Elena Blanco Seco, la viuda del comandante del vuelo 2553, Rodolfo Cécere, acaba de recibir un tácito aval por parte de la Cámara del Crimen porteña. La Sala 1° del tribunal integrado por los camaristas Jorge Luis Rimondi, Alfredo Barbarosch y Luis María Bunge Campos se declaró incompetente para seguir investigando el caso, y envió el expediente al juez federal Marcelo Martínez de Giorgi.
“La hipótesis que ha expuesto María Elena Blanco, en cuanto a que el avión cuyo siniestro se investiga en el fuero federal integraría el lote de aeronaves cuya presunta adquisición fraudulenta por parte del Directorio de Austral aquí se investiga, resulta –en principio- atendible”, dijeron los jueces.
En la causa están investigados el empresario Antonio Mata Ramayo, el abogado argentino Horacio Pedro Fargosi y los directivos españoles Manuel Morán Casero, Gerardo Díaz Ferrán, Gonzalo Arias, Juan Gutiérrez, Juan Masso Garolera, Javier Monzón, Xavier de Irala Estévez y Pedro Ferreras Diez. La viuda de Cécere les achaca los presuntos delitos de “asociación ilícita, administración fraudulenta, lavado de dinero, prevaricato, estafa procesal en perjuicio del Estado Argentino desde el momento previo a la privatización de Aerolíneas Argentinas y la adquisición de Austral por parte de esta”.
Un grueso hilo que hasta ahora había pasado inadvertido parece unir la compra de aviones supuestamente inadecuados para volar por parte de Austral con la caída del avión DC-9, matrícula LV-WEG, que cayó en territorio uruguayo. “Uno de los hechos que integra la administración infiel aquí denunciada radica en la adquisición de aviones DC-9-32 a la empresa Iberia pese a tratarse de material de descarte a cambio de importantes sumas de dinero, entre la que se encontraría esta aeronave, al haber sido adquirida a dicha empresa el 25 de octubre de 1994”, subraya el fallo de la Cámara del Crimen.
La resolución da cuenta de que cuando se le pidieron informes a Austral para avanzar en la investigación del siniestro de Fray Bentos, la empresa de cabotaje controlada por los españoles indicó que “se habría adquirido a Iberia la cantidad de nueve aviones DC-9 para remplazar ocho aviones BAC-1-11. Al ser consultada la parte acerca de la coetaneidad en la renovación de la flota, informa que sólo cuenta con copia de la operación de compraventa de aquel que llevó la identificacion LV-WEG”, es decir, el que cayó. Pero la pesquisa demostró que la mayoría de los aviones fueron adquiridos “entre el 30 de octubre de 1993 y el 4 de agosto de 1995”, entre ellos el siniestrado.
La compra de aeronaves inaugurada con esa primera tanda se comenzó a completar el 19 de noviembre de 1997, “es decir, a poco más de un mes de acaecido el siniestro y con la obvia finalidad de remplazar” al avión caído. La documentación sobre la capacidad para volar de esas aeronaves quedó así en un cuestionamiento tal que la propia justicia está reconociendo que una operación económica que habría contribuido al vaciamiento de Aerolíneas Argentina fue una de las causas de la muerte de 74 personas.
“No puede desconocerse la íntima relación que existe entre ambos hechos dado que, más allá del tiempo transcurrido entre la adquisición de la aeronave y el siniestro, de acreditarse la maniobra denunciada, esto es el alto costo pagado por material de descarte, esto se vincula con la responsabilidad que se le achaca a varios directivos a esa época a la firma Austral Líneas Aéreas SA por el accidente aéreo”, dice la resolución.

1 comentario:

  1. Es cuanto menos curioso relacionar la compra "fraudulenta" con el accidente cuando el accidente claramente no tuvo nada que ver con el avión y si con el pilotaje (basicamente por una inadecuada formación; revisar http://aviation-safety.net/database/record.php?id=19971010-0 que esta hecho por expertos) y con un posible fallos de los pilot.
    Es, cuando menos chocante que un avion comprado en 1994 siendo un avion salido de fábrica en 1982 se le denomine como material de descarte (un avión de 12 años) más teniendo en cuenta que a dia de hoy la propia austral tiene volando aviones de enero de 1981 (29 años).
    En fin, perece más bien aprovechar una desgracia para culpabilizar a otros de un accidente.

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