Tiempo Argentino
18 de mayo de 2011
El sindicalista ferroviario José Pedraza comenzó a mover las fichas legales que dispone para evitar no sólo ir a juicio oral por el asesinato del militante del PO Mariano Ferreyra, sino también para conseguir un temprano sobreseimiento y su consecuente e inmediata libertad. La arriesgada maniobra fue ideada por su abogado, Carlos Froment, y se basa en el resultado de la pericia balística que indica que el proyectil que mató a Ferreyra rebotó en el asfalto, y que el que hirió en la cabeza a Elsa Rodríguez cayó “llovido”, resultado habitual de un disparo al aire.
“No cabe duda alguna de que Su Señoría debe revocar el auto de procesamiento y dictar sobreseimiento en la causa y respecto de José Angel Pedraza, con la expresa mención de que la formación del proceso no afectó el buen nombre y honor del que gozare”, propuso Froment al responder la “vista del 346”, expresión que en la jerga judicial equivale al paso previo a que la causa pase a la etapa oral y pública.
Froment sabe que su planteo tiene muy pocas posibilidades de éxito. Y Pedraza está al tanto de que su libertad no se producirá en el corto plazo. Uno y otro apuestan, no obstante, a instalar tempranamente la idea del “homicidio culposo” y las “lesiones culposas”, porque si el disparo que mató fue efectuado contra el piso, y el que hirió de mayor gravedad apuntó al aire, no hay intención de matar ni de herir. El escrito presentado ayer ante la jueza Wilma López por el abogado Froment cita como fuente de inspiración a uno de los libros del juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni: “La instigación supone el dolo del instigador y el dolo del autor al realizar la conducta típica y antijurídica a que el instigador lo determina… no hay instigación dolosa al delito culposo”. Así, hizo jugar una enunciación teórica del principal penalista de la Corte a favor de la defensa del sindicalista acusado de ser el “instigador” del crimen de Ferreyra.
El fiscal de la causa, Fernando Fiszer (a quien la defensa de Pedraza criticó con sutilezas e ironías, pero sin piedad) ya replicó el argumento de la “bala rebotada y la bala perdida”. Lo hizo a lo largo de una extensa requisitoria de elevación a juicio oral, de unas 110 páginas, en las que dedicó un capítulo entero a desmenuzar cómo ocurrieron los hechos. La causa llegará a juicio oral pese a la oposición de Pedraza, y probablemente Fiszer sea el fiscal que actuará también en esa etapa. Sabe, de antemano, que se enfrentará a un osado intento de derribar las figuras por las que fueron procesados Pedraza y su segundo en la Unión Ferroviaria, Juan Carlos “el Gallego” Fernández. Pero el representante de la acusación pública tiene una carta guardada: las filmaciones completas de lo que ocurrió en Barracas el 20 de octubre del año pasado. Fuentes judiciales revelaron a Tiempo Argentino que hay imágenes que el canal de cable C5N no emitió al aire y que muestran los instantes previos a la balacera, con ferroviarios arrojando proyectiles desde los terraplenes. Y un elemento que podría dar por terminada tempranamente la discusión: tanto Ferreyra cuanto los otros dos varones heridos de bala, Nelson Aguirre y Ariel Benjamín Pintos, recibieron los disparos cuando se pararon delante de los manifestantes de izquierda y los trabajadores tercerizados, a modo de “escudo humano” ante la agresión. Según la teoría del fiscal, las balas no los impactaron por casualidad sino como parte de un plan perfectamente determinado.
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