viernes, 13 de mayo de 2011

El caso Papel Prensa, al fuero porteño

Tiempo Argentino
13 de mayo de 2011

Corazza hizo lugar al pedido de los fiscales para que se investigue a Mitre, Magnetto y Herrera Noble. La causa volvería a manos de Rafecas.

El juez federal de La Plata, Arnaldo Corazza, se declaró incompetente para seguir actuando en la causa que investiga la transferencia de acciones de la empresa Papel Prensa, durante la última dictadura cívico-militar, a los propietarios de los diarios La Nación, Bartolomé Mitre, y Clarín, Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto.
Corazza hizo lugar a un pedido que le hicieron hace varias semanas los fiscales Marcelo Molina y Hernán Schapiro, cuando calificaron como “un crimen de lesa humanidad” el traspaso de las acciones que le pertenecían a David Graiver, y solicitaron que las actuaciones sean remitidas al juez federal, Daniel Rafecas. El juez Corazza entendió después de casi un año de investigación que “los hechos de la causa sucedieron casi en su totalidad en la Capital Federal”, según dijo una fuente judicial.
“Las presuntas amenazas, presiones y diversas reuniones y asambleas que culminaron con el traspaso accionario de la empresa sucedieron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, sostuvo el juez al hacer lugar al requerimiento fiscal de enviar a la jurisdicción porteña el expediente de Papel Prensa.
Corazza estimó pertinente, de acuerdo a lo dictaminado por los fiscales, “que sea el juez del lugar donde habrían ocurrido los hechos quien investigue, para así cumplir con las exigencias de economía procesal, celeridad e inmediatez que debe tener cualquier investigación”.
El 29 de abril, la Unidad Fiscal Federal de La Plata, que interviene en casos de terrorismo de Estado, calificó como “un crimen de lesa humanidad a los hechos que rodearon la transferencia de acciones de la empresa Papel Prensa entre 1976 y 1977” y pidió al juez Corazza que se declare incompetente en esa causa y la remita al fuero federal porteño.
Los fiscales Rodolfo Molina y Hernán Schapiro destacaron que “las pruebas revelan que los hechos denunciados podrían ser parte de acciones persecutorias e impregnadas por espurios intereses económicos”. Las transferencias de acciones, explicaron los fiscales, “fueron promovidas por las máximas autoridades del Estado nacional con la presunta colusión (pacto entre dos personas u organizaciones para perjudicar a un tercero) de los representantes y/o propietarios de Clarín, La Nación y La Razón”.
El cuerpo principal del expediente que se tramita en La Plata cuenta con unas 1800 fojas, en nueve cuerpos, sumado a sus veinte anexos y cinco efectos (libros, CD), que totalizan sesenta cuerpos más (12 mil fojas).
En el dictamen, los fiscales destacaron que el contexto de la dictadura “resultó propicio para la comisión de delitos de índole económico con la intervención de civiles”, hechos que iban “desde la apropiación de bienes de desaparecidos hasta grandes operaciones que significaron una enorme modificación regresiva de la estructura social argentina”.
“Es este el contexto en el que se debe leer la narración de las circunstancias de la causa”, argumentaron.
Sostuvieron que “la presunta transferencia compulsiva de las acciones de Papel Prensa S.A., de la que eran propietarios algunos de los integrantes del denominado ‘Grupo Graiver’ a las empresas La Nación, Arte Gráfico Editorial Argentino (AGEA) y La Razón habría consistido en un conjunto de acciones pergeñadas y ejecutadas en su casi totalidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con la directa intervención de la junta militar y la participación de los civiles denunciados”.

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