Tiempo Argentino
17 de mayo de 2011
El canciller llevó a Italia el apoyo de la Argentina a la reforma del organismo. Pidió que tenga mayor representatividad democrática.
El canciller Héctor Timerman afirmó ayer en Roma que “la reforma del Consejo de Seguridad debe lograr más representatividad democrática”, sin “nuevos privilegiados”, al intervenir en una reunión de intercambio a nivel de ministros convocada por Italia sobre la reforma de ese organismo de la ONU.
Timerman reafirmó el compromiso del gobierno de la Argentina con el multilateralismo y subrayó también otros principios cuyo respeto consideró esenciales en las relaciones internacionales, informó un comunicado de prensa de la Cancillería.
“La reforma del Consejo de Seguridad debe lograr más representatividad democrática y no que haya nuevos privilegiados”, expresó Timerman, quien propició además una revisión del poder de veto que detentan los miembros permanentes del organismo.
La reunión a nivel ministerial sobre Gobernanza Global y Reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, convocada por el gobierno de Italia, se celebró ayer en Roma.
El canciller argentino subrayó en ese ámbito la necesidad de ampliar la membresía del Consejo de Seguridad, respetando un mejor reparto geográfico equitativo que tenga en cuenta regiones históricamente subrepresentadas, como el caso de África.
En el mismo sentido, apoyó la idea de mejorar la participación de organizaciones regionales en la elección de miembros del Consejo. Timerman destacó la práctica de estos organismos de trabajar sobre la base del consenso y dijo que “América Latina y Caribe debieran poder elegir candidatos a ocupar los puestos que le correspondan a la región para su endoso por la Asamblea General”, indicó el texto ministerial. También señaló que “quienes vayan a representar la región deben someterse periódicamente a un proceso electoral como lógico correlato del sistema democrático”.
Sobre el poder de veto, Timerman recordó las circunstancias históricas que llevaron a la actual configuración del organismo con mayor poder decisorio en la ONU.
Señaló que la actual preocupación central del debate internacional es el desarrollo y que, en cuanto a seguridad, “si estaban superadas las condiciones creadas entre victoriosos y derrotados de la II Guerra Mundial, naturalmente lo estaban las condiciones que justificaron la institución del veto”.
En consecuencia, propuso considerar un método que “permita a la Asamblea General revertir un veto en consonancia con la consistente práctica interna de toda democracia en la materia”.
De la cita en Roma participaron más de 120 delegaciones de estados miembros de las Naciones Unidas, incluyendo los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, así como el presidente de la Asamblea General, el suizo Joseph Deiss.
La reunión reflejó “la voluntad de todos los países presentes de reformar el Consejo de Seguridad”. “Una vasta mayoría” de los participantes coincidió también en “la necesidad de incluir en la reforma una revisión del funcionamiento del poder de veto”, informó la Cancillería.
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